Javier González Inguanzo, 2º ESO, E
Me fui con unos amigos a pasar un
día al monte. Sabía que me iba a encontrar bichos de todo tipo, como arañas,
mosquitos o cucarachas, pero lo que no sabía es que había un bicho que nadie
sabía lo que era. Aquel bicho era gigante, era del tamaño de mi pie, tenía
siete patas a cada lado, todas peludas, una cabeza del tamaño de mi dedo gordo
del pie, con tres ojos, antenas y dos colmillos que sobresalían de su boca. El
cuerpo estaba dividido en anillos y tenía una cola del tamaño del dedo meñique.
Pasadas dos horas seguimos sin
saber qué bicho era. La mayoría pensábamos que era una mutación de varios tipos
de animales.
Llamamos a mi padre, que es
experto en bichos. Pasados 20 minutos llegó. Al verlo, mi padre se asustó
porque no sabía lo que era. Creía que podía ser una especie desconocida e
incluso puede que prehistórica. Nos fuimos y lo dejamos en el monte. A lo mejor
en otra excursión lo volvemos a encontrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario