El coronel no tiene quien le escriba nos narra la vida cotidiana de
un veterano, víctima del abandono y el olvido, un hombre que lleva más de 15
años esperando una pensión que no acaba de llegar. De este modo el coronel y su
esposa malviven con la única compañía de un gallo y sin perder la esperanza de
que algún viernes, junto al correo, llegue la ansiada promesa.
Esta pareja podría salir adelante
vendiendo esa única posesión, sin embargo se niegan ante la perspectiva de
deshacerse de uno de los pocos recuerdos de su hijo muerto.
Se trata de una novela clara,
sencilla; es una de las primeras novelas de Gabriel García Márquez en la que ya
se descubre su inconfundible estilo. La historia, aunque es de apariencia
sencilla, sin embargo contiene gran cantidad de pinceladas y referencias a
otros temas que le dan un multiperspectivismo y gran cantidad de lecturas.
Habla del amor incondicional de
los “viejitos”, de privilegios, de derechos y de la utopía de la democracia; de
justicia, pobreza, resignación y dignidad, pero sobre todo de esperanza, “Nunca
es tarde para nada”, de la ilusión que hace posible seguir adelante a pesar de
una existencia horrible. Todo ello presidido por el inconfundible, corrosivo y
resignado humor del Nobel.
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